miércoles, 23 de enero de 2013

LA IMAGEN CORPORAL EN EL ESPACIO PÚBLICO. CUESTIONES DE APARIENCIA



Lo público es definido como  el espacio formado por el conjunto de historias o discursos comunes a todos. Según Hannah Arendt: La palabra público significa, en primer lugar, que todo lo que aparece en público puede verlo y oírlo todo el mundo, sin restricciones. La apariencia es algo que ven y oyen otros al igual que nosotros, constituye la realidad. E incluso, nuestras pasiones, nuestra vida más íntima, dejan de ser individuales y personales  para convertirse en públicas cuando las adecuamos en forma de narrativas, escritas o audiovisuales. A través del arte, de las imágenes, en definitiva de nuestros textos, ampliamos la línea que separa o une ambos terrenos.

La apariencia está hecha, configurada con ambas partes, la pública y la privada. Lo privado está formado por las experiencias vividas desde el espacio social amplio, y al revés, lo público es la proyección de muchas individualidades compartidas. Pero debe producirse una transformación, una adecuación para su aparición pública. Un ejemplo el libro Arendt,Entre Amigas[i]. Es a través de este género como sus vidas intimas se transforman en públicas.

El  espacio público (EP), produce estereotipos imitables y compartidos, que terminan cristalizando como ideales. Ejemplo, los relacionados con la apariencia corporal. La representación repetida de estos ideales corporales induce al espejismo del modo de ser hegemónico, a la vez que invisibiliza otras formas o modos de ser que no encajan con esa realidad construida. Es como decía Goffman, E., El Estigma.[ii] Personas que por no reunir los requisitos normales, que a pesar de conocerlos saben que no son válidas. Los medios virtuales son ideales para fabular e interpretar.  J. Butler[iii]:No se trata simplemente de hacer ingresar a los excluidos dentro de una ontología establecida, sino de una insurrección a nivel ontológico, una apertura crítica de preguntas tales como  ¿Qué es real, qué vidas son reales?

Existe un discurso mediático  en  el EP, sobre la vida saludable,  que promueve la sociedad de consumo; ellos establecen los límites y fomentan el consumo. No olvidemos que el poder económico es dueño del poder mediático,  del soporte de lo público. Los límites de la información los establecen estas instituciones financieras, mediáticas y de poder.; un tres en uno, como diría Silvio Berlusconi. Creadores de estereotipos de aceptación, pero también de rechazo; generadores de valores y contravalores,  que terminan cristalizando en la ciudadanía y se los apropian los unos contra los otros; estos, los no válidos,  invisibilizados, excluidos por no cumplir con los estándares de normalidad establecidos.
Los estereotipos sobre el cuerpo son dinámicos y han cambiado a través de la historia y de la cultura. Antes era a través del arte, ahora de los medios de comunicación de masas: el cine, la televisión, los videojuegos, internet, la prensa gráfica,. Todos son productores y reproductores de estereotipos que los potencian y difunden; aprueban o rechazan conductas a través de anuncios publicitarios, y terminan siendo aceptados por el público como valores a imitar.
Los ideales de belleza para hombres y mujeres siguen siendo asimétricos, y diferentes para cada sociedad y cultura. Patrones o cánones de belleza que interiorizan los agentes sociales de muy diferente forma.
En nuestra cultura occidental, los hábitos saludables, el ocio y el tiempo libre, la preocupación por el ejercicio físico y por la alimentación sana, determina un ethos de persona válida,  que cumple con las expectativas de prestigio social propias , inscritas al grupo  de pertenencia. Las que no cumplen estos requisitos, son excluidas. Son construcciones de señas de identidad de un nosotros frente a los otros.

Luego, son los medios como agentes de socialización, los responsables de categorizar el grado de validez, y por consiguiente, los culpables del rechazo a los Otros por no cumplir con los cánones. Otra forma  de discriminación y xenofobia en torno a la validez del cuerpo;  una forma de racismo institucionalizado, por el aspecto o la apariencia, que vigilan y controlan a través de sus mensajes; culpabilizando aquellos comportamientos poco saludables; el propósito -cambiar nuestro cuerpo en función de la moda.
Asociando el ideal corporal con otros valores sociales, categorías de personalidad positivas o negativas en función de estos ideales. Aproximarse a los cánones ideales corporales es sinónimo de éxito (María  Calado Otero) . Estos mensajes, como dice[iv], están generados por los medios de comunicación, que instan al consumo de cualquier tipo con el objetivo de incrementar los beneficios económicos del producto. “ Por eso los distintos discursos e imágenes que se representan tienen un hilo conductor: la economía consumista, que pretende  crear necesidades, desculpabilizar el consumismo, difundir modelos de vida, moda, accesorios, venta a distancia o telepago” (Vera, 2005, cita Calado, pg. 71).

Lo cierto es que,  a pesar de que se atribuye a la obesidad y la persona obesa  calificativos como de perezosa y carente de voluntad (Calado), y por más que se ha pretendido desde las instituciones penalizar dicho mensajes, aún siguen insistiendo en que la delgadez es un signo positivo,  deseable;  mientras genera sufrimiento y sentimiento de culpa en las personas con sobrepeso que no pueden evitarlo. Ver publicidad pro-esbeltez en más de diez revistas españolas, con más de 150.000 ejemplares, cuyas destinatarias son mujeres entre 14 y 24 años (cita en su libro).

La importancia del cuerpo en los medios de comunicación contribuye a fomentar los estereotipos de ideales de belleza y personalidad; ambos al parecer asociados” las representaciones corporales estereotipadas ideales se asocian con valores personales de éxito”(Cita Calado, pag.78). Esta autora critica y denuncia estos mensajes tan perjudiciales, y que para ella, son causantes de los trastornos relacionados con el aspecto y la imagen corporal, así como con los trastornos de la conducta alimenticia (TCA), cada vez más numerosos; que afectan a una población cada vez más joven, así como cada vez más mayor, curiosamente; los márgenes etarios se agrandan  dado que sigue prevaleciendo un modo de ser ideal: joven y delgada para ellas, y joven fuerte para ellos; invisibilizando al no joven o maduro, que ni es joven ni es viejo.  Ya no digamos al viejo, que es la cuarta parte de la población actual; estos ni existen a efectos de consumo salvo para las industrias farmacéuticas: los viejos son válidos y viables, activos interesantes mientras respiren; pero eso ya es otro tema.  Volviendo a esa  segunda adolescencia,  los maduros, los que verdaderamente pueden, son inducidos por la sociedad de consumo a seguir el ideal de la eterna  juventud, y se les anima a  seguir invirtiendo en apariencia.

Francis Montoro

Referencias y notas:



[i] Correspondencia entre Hannah Arendt y Mary McCarthy, 1949-1975 / edición, introducción y prologo de Carol Brightman . Son cartas, correspondencia escrita en la que intercambian experiencias personales.
[ii] Goffman E., El Estigma. Buenos Aires: Amorrortu.1970
 - Ritual de la interacción. Buenos Aires: Tiempo. 1971

[iii] Butler, J. 2006, Vida precaria. El poder del duelo y la violencia. Buenos Aires, Paidós.
[iv] Calado Otero, María; 2011.: Liberarse de las apariencias; género e imagen corporal.Pirámides, madrid
Cristina Peñamarín, ¿Hay vida política en el espacio público mediatizado? ISSN: 1135-7991.CIC, 2008,vol.13 61-78
Primera foto, personal.
Segunda foto, copiada del facebook

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