sábado, 16 de diciembre de 2017

Tres futbolistas agreden sexualmente a una una menor de 15 años

Otra noticia parecida, pero en este caso la chica no tiene la edad de consentimiento legal que es a los 16 años en España.

Podría ser otra más de relaciones sexuales en grupo, pero en este caso como en la mayoría de las veces, los hombres son la mayoría. El enfoque feminista  tiene argumentos más que suficientes para considerar un abuso de poder sobre una menor...Y doble, por ser mujer y adolescente; parece una contradicción, pero no lo es.
El caso de los tres jóvenes futbolistas acusados de violar o agredir presuntamente a una chica de 15 años. o sea, a una menor ¿Cómo enfocar este asunto?Desde lo social, sin duda.  
La manada, otra de manada, etc. En definitiva, es una cuestión de cómo se ha banalizado la sexualidad ¿devaluado? Del modelo de ser joven en la sociedad del narcisismo, de afrontar el riesgo, actuando y tomando decisiones que pueden salir caras...De este tema, hablo más extensamente en el de la "manada".
O se trata de pensar en las consecuencias lo menos posible? Vamos, de actuar y no pensar. Yo sigo con la idea de la educación sexual en valores...pero ¿quién educa? Los chicos y las chicas cada vez con más autosuficientes, pero peor informados. Los padres cada vez menos relevantes en este campo educativo, pero los centros escolares también miran para otro lado con este asunto de educar....Podríamos seguir argumentando, pero esto es un fenómeno social.
Aquí, sólo lo que sale a la luz...pero, desgraciadamente suceden estas conductas más a menudo, aunque los protagonistas las silencian o no las comparten. Pero, la frontera entre lo público y lo privado; hacer público vía redes sociales, acontecimientos que sólo competen al ámbito privado. Antes se decía, que si los chicos no lo comentaban o compartían era como si no hubiera ocurrido, hoy es, si no lo compartes en tus redes sociales...es como si el hecho no fuera lo suficientemente relevante. Pues, ahí tenemos otra...
 Ojo, no justifico a ninguno, pero en este caso como en el de la "manada"...es la chica la que tiene siempre la última palabra...Sólo ella sabe si las relación fue o no consentida. Y sobre la madurez, es otro tema. La legal, la psicológica, la física,etc...Los chicos han demostrado ser poco maduros. Podríamos extendernos más, pero resumo:
Reivindicamos los sexólogos que se reconsidere la necesidad de incluir en todas las etapas educativas la educación sexual, como valores. En los afectos, el respeto y la responsabilidad. Además de otras cuestiones de interés psicosanitario, del enfoque sanitario, también es necesario el social... Y no ser tan fariseos con éste asunto.
Mientras tanto, aquí hay otro tema para debatir en los medios, y del subidón de la audiencia con el tema sexual.
Nota:
http://www.elmundo.es/deportes/futbol/2017/12/13/5a31a6d146163fe7288b469a.html


martes, 12 de diciembre de 2017

LA EDUCACIÓN ES LA CULPABLE


CUANDO EL ODIO Y EL RENCOR DIRIGE NUESTRAS VIDAS, NOS ANULA COMO PERSONAS SOCIALES Y NOS CONVIERTE EN "BESTIAS HUMANAS"


¿LA EDUCACIÓN ES LA CULPABLE PARA TANTO RENCOR Y ODIO?
La inmadurez social queda demostrada cuando se insulta y abuchea a los adversarios, y qué casualidad que siempre por los mismos, nunca al revés. Mientras los primeros, los intolerantes, presumen de ser democráticos, para estos, todos los demás son indecentes, fachas. No termino de entender nada. 
Inevitablemente somos lo que hemos vivido. Pero lo que si os digo, es que aprendí a distinguir lo bueno de lo malo; y así eduqué a mis hijos. 
 Me educaron en valores. Me enseñaron a respetar y a ser respetado. Aprendí que el sacrificio, el esfuerzo, la cooperación, el compañerismo, la docilidad,eran más importantes que la arrogancia, la soberbia... y eran buenos para crecer como personas. El respeto al de arriba y al de abajo, al adversario, era la clave del buen  líder. También se me educó en el amor a  nuestra cultura. 
Por eso, tal vez, seamos tan diferentes, pues todo es fruto de la educación recibida. Por eso entiendo que a los que se les educó en contra, no tengáis idea de lo que significa para mí, o para la gente que ha recibido esta formación como yo, toda esta urdimbre de símbolos que tanto significan en cada cultura.Curiosamente, ahora doy más importancia a las creencia, rituales y tradiciones culturales gracias a la antropología social y cultural.

Ahora bien, sé que está de moda demonizar cualquier institución que represente la unidad de los españoles, pero no es justo que una institución  tan valiosa quede en entredicho por las opiniones de alguien, que solo se formó en un corto periodo académico, y que solo haya percibido lo malo y nada de lo bueno; eso me hace sospechar que, menos objetividad, ahí hay algo más que no termino de comprender. ¿Cómo la opinión de una persona puede estar influyendo tanto como para poner en entredicho a todo un colectivo que tanto bueno ha demostrado a lo largo de la historia, y sobre todo, lo que ha evolucionado adecuándose a los nuevos tiempos?

Yo también conocí gente mala, rara, pero muchas más personas buenas que validaba esta institución como lo más valioso que tenemos, y reconocer al Ejercito como la mejor de todas las que nos representan. Es más, doy las gracias a  los malos, porque me ayudaron a descubrir nuevos caminos de mi vida, que tantas satisfacciones me ha aportado.  En ciertos momentos lo pasé mal, pero superé mis resentimientos; es más, durante los años posteriores, trabajé en medios de comunicación. Tuve durante años  micrófonos a mi disposición, pero la sensatez me acompañó y nunca hablé nada malo de este colectivo, no por miedo sino, porque habría carecido de objetividad. Ya han pasado muchos años, los suficientes, y creo que estoy en disposición para hacer un análisis con objetividad desde la distancia.

Por cierto, no he conocido ningún colectivo que no tenga algo de qué avergonzarse. Asociaciones, departamentos universitarios, organizaciones, grupos de interés, todas con privilegios y favores para unos pocos, que con el mínimo de esfuerzo han alcanzado puestos relevantes dentro del grupo y fuera, en la política sobre todo. Por desgracia, no siempre los que más se lo merecen. Y de eso ya sabéis bien de lo que hablo. Y una cosa más, lo que más cuesta es lo que más se valora. El esfuerzo, el sacrificio, entre otros, siempre me ha marcado. Así se lo hago entender a mis hijos. Así es que ¿por qué tengo que ocultar esta importante etapa de mi vida? Y sobre todo, cuando traté de ejercer mi profesión con dignidad y vocación.Y por último: aprendí que lo bueno hay que aplicarlo en primera persona. Creo que fui una buena persona, como así me han demostrado mucha gente que después de tantos años se han cruzado por mi camino y me han saludado con cariño. Para mí hay una máxima que deben aplicar las buenas personas: "Lo que no quiero para mí, tampoco lo quiero para nadie". Se acabó el ego y siempre desde la humildad pretendo aprender de las experiencias ajenas. Y no hay campo más idóneo para conseguirlo que el que elegí después-la antropología social. Dicen que el último proyecto es el que hay que volcarse, y en eso ando ahora, en el estudio del hombre y su entorno.

Y en cuanto a la ejemplaridad, alguien dijo,  Ortega, ...La ejemplaridad es algo que se tiene, se nace, no es algo que uno se propone. Se es ejemplar o no se es. Lo mismo pasa con la buena gente. En el Ejercito hay muy buenas personas, y no se merecen que cualquiera desde dentro, emita juicios sesgados por resentimientos no resueltos o qué se yo, que no acabo de entender.
Estamos en un buen momento para alimentar odios hacia los que piensan diferente, y algunos quieren sacar tajada. El problema es la falta de docilidad..el excesivo ego que impide ver, admirar a grandes personas ejemplares, que debería servirnos de modelo. Saber distinguir quién es el que manda y quién obedece, y para eso, se necesita ser humilde si queremos aprender y perfeccionarnos en sociedad.

Yo aprendí a obedecer y mandar fue siempre el mayor de mis retos, lo más difícil de esta profesión, y lo digo con el máximo de los respetos. Y parafraseando a Ortega, aquí la gran masa social peca de soberbia y no sabe reconocer a la gente egregia, le falta humildad y eso -docilidad, que es lo contrario a la -insumisión. Sigue siendo la mayor patología social ¿nacional? de nuestra querida España: la falta de reconocimiento a la  ejemplaridad. Esto todo es la consecuencia de la mala educación. ¿Quién tiene la culpa por haber mirado hacia otro lado? Os remito ami post: Qué poco hemos cambiado. 
Y de ahí lo de "La bestia humana"y la conciencia colectiva, cuando la mala educación es la causa.

lunes, 29 de mayo de 2017

LA ADOLESCENCIA COMO METÁFORA

“La adolescencia es una enfermedad que se cura con el tiempo”, decía alguien. Pero, para mí, la adolescencia es esa fase liminal o transitoria del ciclo vital; donde tienes que superar una serie de pruebas para ser agregado al mundo de los adultos. Es de esas fases en las que ni eres una cosa ni eres otra; se caracteriza por la ambigüedad e invisibilidad por estar entre las dos fases –ya no eres un niño, pero tampoco eres un adulto. La incertidumbre es otra de las características. Pero, la adolescencia, como estado, puede recordarnos otras situaciones de la vida diferentes que impliquen cambios: movilidad ocupacional, educativa, estatus social. Todos ellos se caracterizan por un tener que demostrar que eres válido. La metáfora que mejor lo explica es -la puerta cerrada- y que tienes que abrir para atravesar.
Cada sociedad o cultura impone sus propias normas ritualizadas. Serie de rituales transformatorios que terminan con las ceremonias confirmatorias. Por eso cada sociedad o cultura define la adolescencia, y los propios adolescentes se perciben como tales de diferente forma según la cultura, pero todos tienen en común,  una serie de rituales iniciaticos o transitorios con el propósito de llegar a ser.
Hablar desde la perspectiva del adulto es la prueba de que estamos hablando de un mundo que no es aceptado cuando tratan de hacer lo que corresponde a los mayores.
Los adolescentes son catalogados de neófitos. Cuando tienen conductas que los adultos catalogan como propias, dicen que hay cierta precocidad (anticipación) y deberían esperar a ser mayores.
Tal vez hablamos de estigma; del etiquetaje, de construcción de unas categorías para explicar su inferioridad y dar cuenta del peligro que representan. Pero los adolescentes son conocedores de esas mismas normas o categorías. Por eso, creo que artículos como estos, para referirse a los adolescentes, no ayuda, salvo para victimizar o marginar. El adolescente al sentirse rechazado, etiquetado, posiblemente actúen anticipadamente con un retraimiento defensivo y busque refuerzo entre el grupo de pares.
 Con lo que por ahora estoy exponiendo, creo que está claro que, para mí esta etapa  de la vida es muy importante y en la que deberíamos, como sexólogos trabajar como objetivo prioritario. Pues, es la que mejor refleja toda la estructura social de una sociedad o cultura,  con sus normas y sus límites simbolismos y todo un compendio de significados.
Pero, los adolescentes no son agentes pasivos. Actúan racionalmente e intencionadamente. Toman decisiones, se arriesgan aunque haya efectos no deseados, inesperados, pero no les impide que actúen conscientemente. Compiten, hay relaciones de poder y son productores de significados.
Con lo dicho hasta ahora, no hay diferencias con lo que hacen los mayores, puesto que estos son el referente para los adolescentes;  los modelos que producen se reproducen como esquemas a imitar. Es la prueba de que los adolescentes son culturalmente parte real de una misma organización social y estructura social;  con sus modelos propios creados desde las instituciones o desde los propios actores, pero que en definitiva son los modelos culturales a seguir.
Curiosamente, los límites entre etapas vitales es cada vez más difuso. La etapa infantil cada vez más corta y apresurada a imitar las pautas de los más mayores. Por otro lado, la adulta está cada vez peor valorada, pues se privilegia una eterna juventud o adolescencia tardía, y la adultez...y no digamos ya  el devaluado mundo de los viejos, excluidos por obsoletos y caducos. Mientras se busca el elixir de la vida eterna.
Así es que los chicos y chicas adolescentes, quieren superar precipitadamente esa etapa de invisibilidad para ser incluidos en las cohortes hegemónicas de la “juventud feliz”, que vive al día, se arriesga y actúa reflexivamente a pesar de la incertidumbre de lo desconocido y donde sus adultos son sus “asexuados proveedores de bienestar”.
El sexólogo tiene un gran papel y mucho por hacer. Siendo conscientes del proceso y cambio social; no somos estáticos; y no hacemos juicios de valor, a pesar de pertenecer a una misma estructura. Nuestra labor cada vez se pone más complicada para no caer en la visión etnocéntrica del experto, pero sin dejar de serlo; -distancia-pero a la vez preparados para la interacción.

 Una cosa es la verdad de una ciencia y otra es su aplicabilidad. La nuestra tiene mucho campo. Pero, también es cierto que cada vez tenemos menos oportunidades para la intervención. Lo mediático se apodera y contamina el discurso. ¿Cómo encajar nuestro discurso dentro de un sistema lingüístico como este, donde las significaciones sobre el sexo son otras? Debemos seguir luchando por nuestra ciencia, y no desperdiciar ninguna oportunidad para expresarla. Pero es fundamental que se siga trabajando como colectivo que comparte un mismo modelo teórico. Que no quiere decir que no sea revisable, pues las teorías están para romperlas y no para adorarlas.