lunes, 26 de enero de 2015

HABLANDO DE INFIDELIDADES

  Hombres y mujeres cada vez más igualados. Hacer realidad las eternas fantasías  tiene sus riesgos.
“No nos une el amor, sino, el espanto” (J.L. Borges)

Si lo que une a las parejas ya no es el amor romántico,  y si el amor pasión   solo es un breve instante que se apaga con la convivencia, habrá que trabajar contra la rutina  que arruina la confluencia.


A lo largo de la vida surgen ocasiones, para tener una aventura sexual. La cuestión es si estás preparado para hacerle frente y salir airoso,  o por el contrario,  te lanzas  a la aventura sin reflexionar sobre lo que  podría venir tras haberla realizado.  Raramente,  después de  traspasar una puerta, de haber satisfecho  tus  perentorios impulsos ¿te dejará indiferente? Casi siempre tras  una aventura hay contrapartida. Para empezar,  muy posiblemente el grado de complicidad  con tu pareja, empiece a debilitarse si has roto el pacto basado en  la lealtad y el respeto. No digo que todas reaccionen  de la misma forma ante un mismo suceso.  Somos lo que hemos vivido, por eso nuestra propia biografía nos hace tan distintos los unos  de los otros en un mismo mundo que nos impone sus normas.

Ante la infidelidad, siempre habrá un antes y un después. La pareja establece sus propias  reglas de juego y cuando se rompen  estas,  los conflictos son inevitables. Se recomienda, como en un juego de cartas, barajar de nuevo o cambiarlas, tras negociar con ella.

Prefiero aquí no hablar del amor, porque cada pareja define su amor. Por eso creo que no afectará de la misma forma a todas. Y cómo incide la infidelidad en esa pareja, todo dependerá de muchos factores, del grado de complicidad, de lo que les une, proyectos compartidos. Y cuando hay infidelidad, se ha roto un pacto basado en el respeto mutuo,  y  una vez roto por infidelidad, se ha iniciado un juego cuyo grado de peligrosidad  cada pareja hará sus propias valoraciones.

¿Cualquier tipo de infidelidad es igualmente  mala? No sería igual un suceso fugaz, fortuito, episódico,  que una serie de encuentros  en los que haya otro tipo de implicaciones  emocionales. Me explico, un hecho fortuito, puntual, puede que solo quedara en mera anécdota. Pero, cuando hay más, por ejemplo, un hecho planificado, repetitivo y que suponga una búsqueda compulsiva de la otra persona, que llene carencias o satisfaga necesidades  afectivas, de reconocimiento o cualquier otra carencia que no encuentras con tu actual pareja.
 ¿Hablamos de otro tipo de infidelidad, o en cualquier caso,  siempre es una traición que no admite justificación?  ¿Es lo mismo un encuentro episódico que un encuentro de más largo plazo? La respuesta la tienen los propios actores implicados, la pareja en cuestión. Cada una evaluará los daños colaterales que puedan haber implicado el suceso  en cuestión.

Conozco casos en los que tras conocer su pareja el hecho, la reacción ha sido diferente. Unas   han negociado y se han perdonado la traición, e incluso tras prometer que nunca más iba a ocurrir, han vuelto a caer y es nuevamente perdonada. Otras, en cambio abandonaron el barco tras la primera aventura.

Del tópico de que cada pareja es un mundo, hoy es un hecho especialmente cierto. Los nuevos modelos de pareja cada vez están más alejados de los tradicionales. Las culturas occidentales, con la sociedad de consumo en auge, que las hace más fluidas, han modelado unas relaciones polimorfas. Entre el amor romántico y el amor pasión, hoy, surge un modelo de amor que Anthoy Giddens llama –amor confluente. Un nuevo amor que surge en la era actual, basado en la reflexividad de cada uno de sus miembros, en base a un individualismo relacional, o mejor dicho de dos individualidades que tras negociar lo que les une, deciden juntar sus intereses en el día a día, en lo inmediato. Son felices en el hoy, en una sexualidad plástica (Giddens,A), a pesar de la incertidumbre del mañana-están juntas mientras dure y convenga a ambos.

Para muchas parejas, en este modelo los encuentros episódicos pueden tener consecuencias tan trascendentales como los modelos más tradicionales. Pero, también muchas parejas definen que es para ellas infringir sus normas.  Ciertas parejas, hasta los pueden valorar de  beneficiosos, o ver el lado positivo en la alternancia. Otras lo verán negativo siempre y bajo cualquier circunstancia. Como demuestran las encuesta, sobre qué piensan sobre las infidelidas(es), más de la mitad las condena. Aunque, hombres y mujeres parece que  valoran de diferente forma la infidelidad, según sea físicas o emocionales. Y es que si hablamos de dos tipos de infidelidades -la emocional y la sexual-al parecer,a  las mujeres les afecta más las primeras y los hombres las segundas.

La diferencia entre un encuentro episódico y los de otro tipo, no sólo afecta en función al tiempo que duran, puede que tenga más que ver con el grado de implicación afectiva, e incluso adictiva de algunas. De si estamos en un permanente estado de búsqueda de una tercera persona que cubra las  carencias  que no nos da nuestra pareja, y una vez agotadas todas las posibilidades de resolución del conflicto, terminamos haciéndolas  realidad. Esto puede ser un problema que requiere atención. Otra cosa es que no se vea como problema.
Lo cierto es que, cada vez hay más parejas con vidas paralelas o "amistades peligrosas", según diversos estudios.
Ver un ejemplo: El día del pirata se anticipa aldía de los enamorados.


Bibliografía: Anthony Giddess: Transformación de la intimidad. Sexualidad, amor y erotismo en las sociedades modernas.1995 (5ªed.).CATEDRA.

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