EL ESENCIALISMO EN ORTEGA SOBRE LAS DIFERENCIAS HOMBRE-MUJER ME SORPRENDE, PERO ASÍ ES NUESTRO GRAN FILÓSOFO. CADA PÁGINA ES UNA CAJA DE SORPRESAS SABIAS E INTELIGENTES. LO DIGO DESDE LA MÁXIMA ADMIRACIÓN HACIA EL PENSADOR QUE MÁS ME APORTA. ESO NO IMPIDE QUE PUEDA MANTENER CON ÉL MIS DIFERENCIAS.
¿El
hombre nace o se hace? El hombre desde que nace se construye en negativo. Todo
lo que no es femenino y lo que tiene que ser un hombre, o lo que se espera de
él, son imposiciones sociales y culturales.
Me
pregunto si cuando hablamos de las diferencias entre sexos, hombre-mujer,
debemos seguir un determinismo biológico, o por el contrario, irnos al modelo
construccionista que tanto nos acompaña en las humanidades.
Siempre he preferido enfocar la dicotomía
sexual con una visión culturalista, pensar que cada sociedad o cultura
establece sus propias definiciones. Que los roles sexuales para cada sexo serán
diferentes según diversos factores; además de los procesos biológicos, intervienen
más elementos en la configuración de los seres humanos. El educacional, el
entorno social, familiar, religioso, político, económico, etc., Componentes simbólicos que variarán según la cultura en la que
se inscribe el individuo. Los caracteres primarios de la criatura humana pueden
ser innatos, como los secundarios que recorren las diferentes etapas de
crecimiento y madurez, pero, los llamados caracteres terciarios[1]
o de género, son subjetivos.
Un defensor de la identidad sexual como
factor de socialización fue J.Money[2],
quién insistía en que hacer una mujer era más fácil que un hombre. Para llegar
a hombre hay que recorrer toda una tortuosa carrera llena de obstáculos. En el
sentido de que desde niño, el varón tiene que renunciar a todo lo que suene a
femenino, y definirse como hombre es renunciar al universo ajeno, o se verá
condenado a marcar diferencias durante la mayor parte de su vida (…)no es una
mujer, que no es un bebé y que no es homosexual”(cita Elisabth Badinter (1992)
.XY). E incluso desde su fase embrionaria, el bebé varón es mas vulnerable a
las hormonas femeninas y tan solo un cromosoma Y le mantiene en su lucha hasta
formarse como tal.
Esto, hasta ahora es lo que llamo
determinismo biológico, pero, como decía Simone de Beauvoir (1908-1986)
autora del segundo sexo, “no se nace mujer, se hace en el transcurrir de la
vida”, también lo aplicaremos en el hombre (Badinter. Lo factores son múltiples
en su recorrido autobiográfico, y darán resultados diferentes según de quien se
trate. Luego el factor psicológico de cada cual será clave para interiorizar
una identidad personal sobre su proceso de sexuación que llamamos en sexología,
o de sexualización dentro de los factores socializadores que tanto influyen en
la construcción final de cada persona. Aunque, dicha construcción sea un proceso que dura toda la vida y solo
termina con la muerte.
Sí, ya lo decía Ortega[3], al hablar de las diferencias hombre-mujer[4].
En el hombre cuerpo-alma son irreconciliables, enemigos. En cambio, en la
mujer, su alma es más corporal, están
más en sintonía. También
desigualdades en cuanto a la resistencia al dolor físico, más dominio de su
cuerpo que el varón (dice Ortega). En cuanto a los placeres, más mesurada en entregarse a los excesivos
placeres. Aquí hace una diferencia entre mujer sana, normal y la enferma
“aquejada de desequilibrio nervioso “la mujer enferma y anormal es víctima
trágica de su cuerpo en proporción mucho mayor que los varones”.
En
relación con su cuerpo, el adorno, la higiene, la cortesía, etc. Sigue Ortega: “Su nativa contextura
fisiológica impone a la mujer el hábito de fijarse, de atender a su cuerpo, que
viene a ser el objeto más próximo en la perspectiva de su mundo”. Con ello la
mujer fija una cultura del cuerpo: “la mujer ha creado la egregia cultura del
cuerpo, que históricamente empezó por el adorno, siguió por el aseo y a
concluido por la cortesía, genial invento femenino, que es, en resolución, la
fina cultura del gesto.”
Sobre
el amor, también Ortega atribuye diferencias hombre-mujer. A igualdad
socioeducativa y cultural, existen diferencias en sus formas de vivir su erótica. Según parece,
el hombre es más arrastrado a las pasiones carnales con independencia de la
parte afectiva que ello implica. Es decir, los hombres se dejan arrastrar por
impulsos y oscilan entre esa dicotomía entre lo que hacen por amor y lo que
hacen por impulso sexual como si fuera dado por su naturaleza.
De ahí,
sigo a Ortega, “Ello es que el hombre ha oscilado siempre entre esos dos polos
y extremos del amor carnal y el amor místico, entre sensualismo y el
platonismo”. “Salvo hombres egregios, de exquisita condición, consiguen
elevarse”.
Mientras
que la mujer es más devota y leal a sus
sentimientos “incapaz de sentir atracción física si no va precedida de una
adhesión sentimental, y, viceversa, cuando el puro afecto psíquico, en
apasionada tormenta, se apodera de su
espíritu, arrastra y estremece su carnal soporte, como la ráfaga encorva la
mies de oro en estío y arrebata en otoño las hojas caducas”
Así
justifica Ortega la armonía cuerpo-espíritu.
La mujer en perfecta armonía entre amor del alma y del cuerpo, que para
Ortega es el ideal del erotismo. Ella se entrega a la persona que ama. Su cuerpo
encierra todo un complejo simbólico, es lo que mejor simboliza el amor
auténtico. Por eso lo entrega “ y cada
concesión al amado es la medida del nivel que en ella alcanza el amor”
“Como
el príncipe feudal al otorgar un feudo entregabas un terruño, un trozo de
gleba, símbolo jurídico de los derechos transferidos, ofrece la mujer su cuerpo
al hombre que ama como símbolo de su entrega espiritual”.
Ya
hemos visto la cara esencialista de Ortega, pero he querido aportar la otra
visión construccionista, en el sentido de que hombres y mujeres, requieren de
un proceso autobiográfico para adquirir una identidad sexual concreta. Que
intervienen infinitud de factores en dicha construcción, y que cada sociedad o
cultura da valores y definiciones diferentes para cada sexo.
[1] La
invención de los caracteres terciarios se le atribuye a Havelock Elli (http://es.wikipedia.org/wiki/Havelock_Ellis)
[2] J.Money
y su identidad de género (http://es.wikipedia.org/wiki/John_Money)
[3]José Ortega y Gasse.Ideas y Creencias, y otros ensayos de
filosofía.11ª
Edicción(1977).Colección el Arquero nº 17.Madrid.
[4] Ibidem. En Ortega La percepción del prójimo:paginas
159-162
Para los varones, la circuncisión tiene más componentes simbólicos. En el caso de los judíos, es el rechazo a la bisexualidad innata del ser humano “El prepucio es suprimido para eliminar cualquier trazo femenino en la insignia de la masculinidad, porque el prepucio es femenino, es la vagina en la que se encuentra el glande masculino” (cita Badinter,E., 1992.pag.75).
ResponderEliminarEntre la normalidad y la anormalidad, me quedo con las mujeres algo discolas.
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