viernes, 2 de enero de 2015

EL ESENCIALISMO EN ORTEGA SOBRE LAS DIFERENCIAS HOMBRE-MUJER




EL ESENCIALISMO EN ORTEGA SOBRE LAS DIFERENCIAS HOMBRE-MUJER ME SORPRENDE, PERO ASÍ ES NUESTRO GRAN FILÓSOFO. CADA PÁGINA ES UNA CAJA DE SORPRESAS SABIAS E INTELIGENTES. LO DIGO DESDE LA MÁXIMA ADMIRACIÓN HACIA EL PENSADOR QUE MÁS ME  APORTA. ESO NO IMPIDE QUE PUEDA MANTENER CON ÉL MIS DIFERENCIAS.


¿El hombre nace o se hace? El hombre desde que nace se construye en negativo. Todo lo que no es femenino y lo que tiene que ser un hombre, o lo que se espera de él, son imposiciones sociales y culturales.
Me pregunto si cuando hablamos de las diferencias entre sexos, hombre-mujer, debemos seguir un determinismo biológico, o por el contrario, irnos al modelo construccionista que tanto nos acompaña en las humanidades.
Siempre he preferido enfocar la dicotomía sexual con una visión culturalista, pensar que cada sociedad o cultura establece sus propias definiciones. Que los roles sexuales para cada sexo serán diferentes según diversos factores;  además de los procesos biológicos, intervienen más elementos en la configuración de los seres humanos. El educacional, el entorno social, familiar, religioso, político, económico, etc., Componentes simbólicos que variarán según la cultura en la que se inscribe el individuo. Los caracteres primarios de la criatura humana pueden ser innatos, como los secundarios que recorren las diferentes etapas de crecimiento y madurez, pero, los llamados caracteres terciarios[1] o de género, son subjetivos.

Un defensor de la identidad sexual como factor de socialización fue J.Money[2], quién insistía en que hacer una mujer era más fácil que un hombre. Para llegar a hombre hay que recorrer toda una tortuosa carrera llena de obstáculos. En el sentido de que desde niño, el varón tiene que renunciar a todo lo que suene a femenino, y definirse como hombre es renunciar al universo ajeno, o se verá condenado a marcar diferencias durante la mayor parte de su vida (…)no es una mujer, que no es un bebé y que no es homosexual”(cita Elisabth Badinter (1992) .XY). E incluso desde su fase embrionaria, el bebé varón es mas vulnerable a las hormonas femeninas y tan solo un cromosoma Y le mantiene en su lucha hasta formarse como tal.

Esto, hasta ahora es lo que llamo determinismo biológico, pero, como decía Simone de Beauvoir (1908-1986) autora del segundo sexo, “no se nace mujer, se hace en el transcurrir de la vida”, también lo aplicaremos en el hombre (Badinter. Lo factores son múltiples en su recorrido autobiográfico, y darán resultados diferentes según de quien se trate. Luego el factor psicológico de cada cual será clave para interiorizar una identidad personal sobre su proceso de sexuación que llamamos en sexología, o de sexualización dentro de los factores socializadores que tanto influyen en la construcción final de cada persona. Aunque, dicha construcción sea  un proceso que dura toda la vida y solo termina con la muerte.

 Sí, ya lo decía Ortega[3],  al hablar de las diferencias hombre-mujer[4]. En el hombre cuerpo-alma son irreconciliables, enemigos. En cambio, en la mujer, su alma es más corporal, están  más en sintonía.  También desigualdades en cuanto a la resistencia al dolor físico, más dominio de su cuerpo que el varón (dice Ortega). En cuanto a los placeres, más  mesurada en entregarse a los excesivos placeres. Aquí hace una diferencia entre mujer sana, normal y la enferma “aquejada de desequilibrio nervioso “la mujer enferma y anormal es víctima trágica de su cuerpo en proporción mucho mayor que los varones”.

En relación con su cuerpo, el adorno, la higiene, la cortesía, etc.  Sigue Ortega: “Su nativa contextura fisiológica impone a la mujer el hábito de fijarse, de atender a su cuerpo, que viene a ser el objeto más próximo en la perspectiva de su mundo”. Con ello la mujer fija una cultura del cuerpo: “la mujer ha creado la egregia cultura del cuerpo, que históricamente empezó por el adorno, siguió por el aseo y a concluido por la cortesía, genial invento femenino, que es, en resolución, la fina cultura del gesto.
Sobre el amor, también Ortega atribuye diferencias hombre-mujer. A igualdad socioeducativa y cultural, existen diferencias en  sus formas de vivir su erótica. Según parece, el hombre es más arrastrado a las pasiones carnales con independencia de la parte afectiva que ello implica. Es decir, los hombres se dejan arrastrar por impulsos y oscilan entre esa dicotomía entre lo que hacen por amor y lo que hacen por impulso sexual como si fuera dado por su naturaleza.

De ahí, sigo a Ortega, “Ello es que el hombre ha oscilado siempre entre esos dos polos y extremos del amor carnal y el amor místico, entre sensualismo y el platonismo”. “Salvo hombres egregios, de exquisita condición, consiguen elevarse”.
Mientras que la mujer es  más devota y leal a sus sentimientos “incapaz de sentir atracción física si no va precedida de una adhesión sentimental, y, viceversa, cuando el puro afecto psíquico, en apasionada tormenta,  se apodera de su espíritu, arrastra y estremece su carnal soporte, como la ráfaga encorva la mies de oro en estío y arrebata en otoño las hojas caducas”

Así justifica Ortega la armonía cuerpo-espíritu.  La mujer en perfecta armonía entre amor del alma y del cuerpo, que para Ortega es el ideal del erotismo. Ella se entrega a la persona que ama.  Su cuerpo  encierra todo un complejo simbólico, es lo que mejor simboliza el amor auténtico. Por eso lo entrega  “ y cada concesión al amado es la medida del nivel que en ella alcanza el amor”
Como el príncipe feudal al otorgar un feudo entregabas un terruño, un trozo de gleba, símbolo jurídico de los derechos transferidos, ofrece la mujer su cuerpo al hombre que ama como símbolo de su entrega espiritual”.

Ya hemos visto la cara esencialista de Ortega, pero he querido aportar la otra visión construccionista, en el sentido de que hombres y mujeres, requieren de un proceso autobiográfico para adquirir una identidad sexual concreta. Que intervienen infinitud de factores en dicha construcción, y que cada sociedad o cultura da valores y definiciones diferentes para cada sexo.




[1] La invención de los caracteres terciarios se le atribuye a Havelock Elli (http://es.wikipedia.org/wiki/Havelock_Ellis)
[2] J.Money y su identidad de género (http://es.wikipedia.org/wiki/John_Money)
[3]José  Ortega y Gasse.Ideas y Creencias, y otros ensayos de filosofía.11ª  Edicción(1977).Colección el Arquero nº 17.Madrid.
[4] Ibidem. En Ortega La percepción del prójimo:paginas 159-162

2 comentarios:

  1. Para los varones, la circuncisión tiene más componentes simbólicos. En el caso de los judíos, es el rechazo a la bisexualidad innata del ser humano “El prepucio es suprimido para eliminar cualquier trazo femenino en la insignia de la masculinidad, porque el prepucio es femenino, es la vagina en la que se encuentra el glande masculino” (cita Badinter,E., 1992.pag.75).

    ResponderEliminar
  2. Entre la normalidad y la anormalidad, me quedo con las mujeres algo discolas.

    ResponderEliminar