sábado, 23 de marzo de 2013

PARTO CON PLACER. Hay mujeres que afirman haber tenido un orgasmo tras el parto.


¿PARTO CON DOLOR O CON PLACER?

Consultando a gran parte de las interesadas, no consigo que me digan si de verdad disfrutaron o por el contrario, fue tan malo como se pinta. Y un pequeño número de ellas, se han atrevido a confesarlo.
Otras, en cambio,  me han dicho, “pare tú y me lo cuentas”. Claro, que estamos en desventaja.  Ya sé,  que como hombre no puedo aportar mi propia experiencia, y hasta ahora no conozco a ninguno que pueda contarlo.
 Pero, según parece,  el parto natural  no es tan malo como se pinta.
 El sociólogo y especializado en sexualidad, Juan Merelo-Barberá en su libro Parirás con placer[1], investigó este asunto, validando la hipótesis sobre la existencia de placer con orgasmos incluidos en las mujeres que daban a luz.
Me pregunto si no estaremos un tanto condicionados por los mitos y creencias populares:  y dijo Dios a la mujer “Multiplicaré los trabajos de tus preñeces. Parirás con dolor los hijos. Y buscarás con ardor a tu marido. Que te dominará.” Que me perdonen las feministas.
Siempre he pensado en la importancia de estos relatos bíblicos, así como en los mitos, cuentos populares; en definitiva  narrativas que tanto tienen que ver con nuestras creencias. Es la propia cultura en la que cada uno nadamos.
Hoy dar a luz,  más que nunca es todo un acontecimiento que trasciende lo familiar y se hace social
Pienso en la influencia de la cultura  en nuestra forma de percibir “el cuerpo”. El cuerpo que tenemos, el que somos, el vivido.  También la sexualidad, con sus normas, que ha servido para disciplinar, vigilar y castigar.
Imagino que un cuerpo monitorizado  en la sala de patos, donde no hay intimidad ninguna, expuesto a las miradas, donde el espacio público y el privado  se superponen. Abandonarse para sentir el propio cuerpo no debe ser tarea fácil.  Pero claro, parir en solitario sería un riesgo para ambos, poco viable. Luego, la experiencia se reduce al acontecimiento del alumbramiento bajo una situación así, supongo que no es nada propicia para disfrutarla.

Volviendo a este polémico libro"parirás con placer"
Sobre el mencionado estudio hecho por el autor del libro, no deja de tener su polémica. Muchas dicen que tuvieron dolor, alguna me ha confesado que sintió  un placer “similar a un orgasmo”.
Sin desconsiderar la perspectiva biológica, el aspecto subjetivo relacionado con el dolor y el placer es primordial. Cada uno interioriza los esquemas  mentales propios de su cultura; son los sistemas de valores culturales y de las normas sociales sobre cómo debemos de ser, sentir y comportarnos (Martínez Benlloch, 2003, cita Calado Otero, María[2]).

Este interesante asunto fue puesto de manifiesto por el autor  en  el Primer Congreso  Internacional de Sexología Médica, celebrado en Paris en 1975; provocando el asombro de unos y la incredulidad de muchos más.
Como bien dice en su libro, ya existían trabajos de Helen Deutsch, Kinsey, Master y Johnson, Serrano Vicens, Hite., que ponían en antecedentes la posibilidad de que el parto en algunas mujeres finalizara con un estallido orgásmico. Es el caso del matrimonio Master, que revelaría el paralelismo entre las fases del parto y las del orgasmo. A pesar de ello, todos los citados pasaron por alto tales evidencias y las calificaron de anecdóticas.

 Merelo-Barberá, hace una crítica al saber experto y a la moral judeo- cristiana, por haber silenciado el placer erótico y la sexualidad en su conjunto que no fuera encaminada a la reproducción humana. No se ha querido reconocer  la potencialidad orgásmica del sexo femenino, porque ha sido solo estudiada desde el discurso biomédico masculino, con visión falocentrica, reforzando así lo que la religión había impuesto sobre la castidad. La sumisión de la mujer significó el nacimiento del poder del varón sobre ésta.

La sexualidad femenina  es negada y  todo un misterio
Prueba de ello, la negación del clítoris hasta no hace mucho. Aparcado y sublimado en la periferia del sexo, como productores de un seudoplacer; tramposo, impuro y pecaminoso que había que esconder. Como la teoría freudiana sobre el trasvase clítoris-vagina, en la que era necesario el orgasmo vaginal y abandonar clítoris para alcanzar la madurez sexual. Hoy es redescubierto por los anatomistas, que lo han monitoreado en todas sus fases, a pesar de que ya lo era por sus propias interesadas para reconocerlo en toda su extensión. Hoy el clítoris y su uso recreativo están más legitimados que nunca. Ya no se para de hablar de ese botoncito mágico; aunque se iguale al pene, es bien sabido la  superioridad cualitativa y cuantitativa de aquello tan pequeñito es mucho mayor que el pene más grande.
Si no se entiende esto, creo que los varones, hoy tenemos un grave problema.  Si antes era el hombre y su falo como símbolo de poder, hoy es la mujer y su capacidad orgásmica la que inunda tanta literatura, aunque para ello, se minimice la del hombre. Es cierto que el orgasmo del hombre es bien conocido, que siempre fue el referente y la medida de todo.

Resumiendo
Una persona observada, vigilada, difícilmente podrá abandonarse en el placer orgásmico  como lo haría en la intimidad. La sala paritoria es intimidatoria  y autoincapacita para traspasar  las normas prescritas y poder perder la conciencia. Lo racional prevalece frente a lo innato y espontáneo como es el inconsciente.
Según afirma el autor:” El orgasmo en el parto es un hecho corriente y no es insólito ni raro en la naturaleza de la mujer, que puede ser fácilmente inducida a obtenerlo si se despejan de su mente culturizada todos los obstáculos que la sociedad machista le ha impuesto para que no lo consiga, y si no interrumpen el proceso, los médicos  formados para impedir la expresión erótica femenina “.(pag:90).
El método que ha empleado en su investigación sobre el orgasmo en el parto, ha sido implementando la observación participante. Este recurso es complicado, puesto que la dificultad está en la entrada al campo que se investiga por razone obvias. Pero, ha conseguido el testimonio de muchas mujeres animándolas a hablar de algo tan natural como es la propia sexualidad, además, siguiendo el método de la bola de nieve; esto es,  en el transcurso de la entrevista salían más casos similares.

 Según dice: "No obstante, las mujeres son consecuentes con su cultura, de las reacciones de hombres y mujeres sexualmente anodinos respecto al orgasmo en el parto, pues son vulgares creyentes de lo que les han dicho que debe ser y no se sienten capaces de conocer lo que es,  confundidas por las creencias supersticiosas, de lo que sus madres les contaron sobre el dolor en el parto".
También, afirma (pag 133), que la preparación al parto sin dolor, con las últimas tecnologías, solo hace evitar que la mujer no sienta  ni dolor ni placer. Un pacto, otra vez del saber experto, para evitarla que disfrute del placer orgásmico:
 “Alguien consciente o inconscientemente, debió barruntar que mejor forma de impedirlo es dormir a la parturienta o anestesiarla químicamente o hipnóticamente, así ni dolor ni placer; mecanismo puro robotizado “.
Lógicamente, hoy está muy superada la intervención médica, pero, Merelo, continúa alegando que “Además, la práctica en serie de la episiotomía  (corte perineal),  que luego puede dificultar el coito por defectos de cosido y cicatrización llevando a la disfunción orgásmica”.
 Aunque hoy está más sistematizado el uso de la epidural, o la cesaría para evitar complicaciones. Pero este tipo de parir evitará que las mujeres puedan experimentar un parto de estas características tan aparentemente placenteras.
Gracias a sus testimonios,  ha podido constatar la evidencia de que durante el parto,  muchas mujeres sintieron un placer muy semejante al  estado orgásmico.






[1] Juan Mereloi-Barberá. Parirás con placer. La sexología y el orgasmo en el parto. Prologo de Amando de Miguel..Kariros, S.A.,1980. Barcelona
[2] María Calado Otero: Liberarse de las apariencias; Genero e imagen corporal. 2011. Pirámide. Madrid

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Hola; me alegro de que te guste. El asunto tiene tela. Mi madre me decía que yo ya asomaba la cabeza antes de que viniera la comadrona, y la sujetaba para que no cayera al suelo; decía..."ay pero este niño que me va a salir corriendo..... a ver si viene alguien". En serio, creo que las creencias y los mitos contribuyen a que terminemos aceptando que el parto natural es como lo pintan.

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